
Te invito un café con el Gral. San Martín
Les propongo un ejercicio que puede resultar divertido: re-pensar algunas de las situaciones con las que quienes trabajamos en la gestión de personas nos encontramos a diario, a partir de la revisión de historias protagonizadas por celebridades y personajes históricos. Ellos también fueron parte de organizaciones, tuvieron jefes, expectativas de carrera, conversaciones difíciles. Fueron reclutados, motivados, fidelizados, entrenados e inspirados. También renunciaron, fueron despedidos o se jubilaron. Todos estos procesos fueron gestionados por alguien (quizás ellos mismos) con aciertos y con errores; igual que lo hacemos nosotros, todos los días. Ya nos tomamos un café con Al Pacino, y hoy nuestro invitado de lujo es el General Don José de San Martín.
A riesgo de caer en algunas licencias en cuanto al rigor histórico, los invito a pensar acerca de la importancia de una clara definición y alineamiento de expectativas a partir de una historia ocurrida en España hace más de doscientos años.
En el año 1778 nació en Argentina (Yapeyú, Corrientes), en el seno de una familia hispánica, José Francisco de San Martín. Su padre Juan, un militar de carrera, recibió una asignación que lo hizo regresar a España junto con toda su familia cuando José tenía 6 años de edad.
En el año 1789, a la edad de once años, José de San Martín fue admitido como cadete en el Ejército Español, más precisamente en regimiento de infantería de Murcia. Y durante los siguientes 22 años San Martín se transformó en un oficial español con una carrera ejemplar, que nunca había manifestado alguna disconformidad, criticado una política, cuestionado una orden o abandonado la austeridad que se había transformado ya en el sello distintivo de su carácter. Sin embargo, poseía ya por entonces, una idea clara de su destino. En 1811 el futuro libertador vio lo que tenía que hacer; si permanecía en España, estaría vinculado a un proceso con el que había dejado de identificarse. Si regresaba a Argentina, podría lograr grandes cosas en una causa más grande y que sentía propia.
Existen algunos documentos donde el mismo San Martín se refiere a la decisión de abandonar el ejército español para unirse a la causa americana. Cito un pasaje de uno de ellos: “veinte años de honrados servicios me habían traído alguna consideración (…); supe la revolución de mi país, y al abandonar mi fortuna y mis esperanzas, sólo sentía no tener más que sacrificar al deseo de contribuir a la libertad de mi patria”. El 26 de agosto de 1811 José de San Martín, por entonces Comandante de Escuadrón del Regimiento de Caballería de Borbón, presentó su renuncia.
Los motivos oficiales del pedido de renuncia estaban relacionados con la necesidad de atender intereses financieros familiares los cuales mejorarían sus ingresos y, dada su condición de contribuyente, los del tesoro español. Este argumento fue muy apropiado en un contexto de dificultades económicas generadas por la guerra en España por lo cual la solicitud de retirarse fue aprobada. Con esto, las autoridades se ahorraron el salario de un oficial y América ganó un libertador.
“El vínculo entre las organizaciones y las personas se renueva constantemente. La clave es detectar cuáles las motivaciones y estar atentos a sus mutaciones.”
El vínculo entre las organizaciones y las personas se renueva constantemente en base al contexto, cultura, objetivos, oportunidades, ambiciones personales o estilos de liderazgo. Es difícil medir y anticipar las consecuencias de las acciones u omisiones en los procesos de evaluación de performance, revisión de talento y potencial, comunicación y entendimiento de la PVE (Propuesta de Valor para Empleados). Cada uno de estos procesos genera un momento valioso de renovación y alineamiento de expectativas.
Alinear expectativas puede ser un ejercicio dirigido y podrá estar incluido dentro de procesos formales en las empresas. Habrá líderes que los gestionarán adecuadamente y otros que lo harán con la sola intención de cumplir con un requerimiento que entienden como meramente administrativo. Pero más allá de esto, es un proceso que inevitablemente va a suceder, con o sin la participación de la Compañía. Los líderes deberían asegurar que, tanto las decisiones que las organizaciones tomen en relación a las personas, como las que tomen las personas en relación a la organización, estén basadas en información relevante acerca de cómo se combinan las expectativas de unos y otros. El área de Recursos Humanos tendrá el rol fundamental de crear y de facilitar los mecanismos a partir de los cuales estos procesos se realicen de manera clara y oportuna. La definición de la Propuesta de Valor para Empleados será fundamental para el cumplimiento de ese rol.
San Martín entendió que la organización a la que pertenecía ya no le ofrecía el ámbito adecuado para alcanzar sus expectativas. Sin embargo, por veintidós años el ejército español contó con un empleado ejemplar que hasta puso en riesgo su propia vida para cumplir con los objetivos y con las misiones que le fueron asignadas. Y al mismo tiempo, José desarrolló su carrera en un ámbito que le permitió capacitarse, ganar una experiencia valiosa, establecerse financieramente, desarrollar su red de contactos y exponerse a ideas que lo llevarían a explorar nuevos caminos. En este punto no parece haber ganadores ni perdedores, sólo se observa el cumplimiento de un ciclo en el vínculo entre la organización y un empleado talentoso.
La historia continuó su rumbo. España y sus aliados ganaron la guerra que libraban contra Francia por su independencia y San Martín, paradójicamente, se convirtió en el líder del movimiento por el cual Argentina, Chile y Perú dejaron de ser colonias españolas y lograron su independencia. San Martín es uno de los héroes máximos del movimiento independentista americano y se lo considera el padre la patria en Argentina.
(*) José de San Martín (1778-1850): líder de las campañas libertadoras de Argentina, Chile y Perú. Fue contemporáneo y compartió la causa de la independencia de Hispanoamérica con Simón Bolívar, Miguel Hidalgo y Costilla, Bernardo O´Higgins, José Gervasio Artigas y José Bonifacio de Andrada entre otros.